miércoles, 23 de mayo de 2007

Pequeñas cosas..

Hoy de entre un mundo de cosas que giran por mi cabeza, pensé en las cosas simples que pueden hacer la alegría de las personas, y a veces nosotros enterrados en ser nosotros, los tratamos con indiferencia y hasta aveces les hacemos sentir la frialdad de esa indiferencia; y pensando en eso recuerdo algunas llamadas y algunos mail que en su momento me parecieron tan tontos, un desperdicio de mi tiempo; cuando ahora reparo que no, no lo fueron, eran esos chispazos de originalidad, de alegría espontánea o de penas reprimidas que le pasan a las personas que decimos querer, y que no sabemos reconocer.

Recuerdo una llamada de un antiguo amigo al medio día en una mañana de reuniones para decirme que había terminado la liga de campeones en el winning. me pareció tan inoportuna su llamada que creo que , además de decirle que madure, le dije que no me haga perder el tiempo; ganaste y?
Una llamada de mi hermano contándome orgulloso que se había comprado su primer celular, yo solo respondí bueno dame el numero.
Mamá llamándome pare decir que su perrito por fin había aprendido a no ensuciar la casa con sus "regalitos".
Mi esposa contándome que le habían dado un nueva nueva oficina.
una antigua amiga llamándome para contarme que su tortuga había muerto.
una amiga contándome que su hijo actuaria en una obra del colegio.
un amigo contándome los estragos del primer pedazo de papel que su hija comio.
y así montones de conversaciones y llamadas que uno piensa que la gente esta ociosa. o que quieren fastidiarlo.

A ti también te parecen tonterías? pues lamento decirte que no lo son, son cosas simples, son cosas que para cada uno de ellos que los vivio, significó mucho o poco pero que les dio alegría, satisfacción pena o dolor y que no encontraron mejor forma de culminar esa alegría o de mitigar esa pena, que contándomela a mi. y que yo relleno de basura "importante", que es la norma de todos en estos días, no supe apreciar o no pude reconocer.

Hoy gracias a la luz que el jefe pone de vez en cuando en mi cerebro pude reconocer uno de esos momentos y pude al menos no ser frió e indiferente ante lo que me contaban, y cuando repare en la intención de las palabras, pude sinceramente sentir la emoción de aquella voz y casi casi pude sentirme al lado de esa persona y compartiendo ese sentimiento que le hizo llamarme.

Esos detalles hacen la felicidad, de esos detalles están echas las alegrías y sanadas las heridas y de saber compartirlas están echas las amistades verdaderas.

No podría terminar el post sin disculparme por las muchas veces que no supe compartir esos momentos con mis familiares y amigos, por no estar para ellos y prometer que tendré la mente y el corazón abierto para reconocer y compartir esos pequeños momentos.

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