jueves, 27 de marzo de 2008

A la sombra de un Dios que no olvida

No habían pasado mas que unos pocos días desde la mañana en que cumplí 16 años, cuando reunido junto con las personas, que en ese entonces eran lo mas importante para mi, juramos todos bajo la mirada fija del ojo de RA; juramos con sangre y lagrimas; juramos por la amistad eterna, el éxito para todos y el apoyo sin limites.

Ahora que lo pienso, mucho ayudo la botella de ron rubio que nos habíamos apurado, las canciones entonadas sobre la gran piedra de Sapantiana y el vibrar de esas guitarras que supieron acompañarnos tantas veces, y claro las gafas negras de inmortalidad que la edad te pone encima.

Se dice que a las deidades nunca se les debe bromear, ni para bien ni para mal, no lo sabíamos, y sin saberlo pusimos de testigo aun un dios que no olvida.

Con el paso de los días, nos hicimos uno solo, como si la promesa frente al símbolo aquel tuviera mas valor que todo lo existe, fuimos durante mucho tiempo los hijos de la promesa; bastaba ver en nuestros cuellos el símbolo colgando de tiras de cuero o pintado en alguna parte de las camisetas o dibujado cuidadosamente en los cuadernos y billeteras. Si hubiéramos tenido la posibilidad de impunidad seguro que lo hubiéramos tatuado en la piel. Pero al menos en el alma y en el corazón tatuado estaba y no lo sabíamos

El ojo de RA, la mirada de RA, el dios SOL Egipcio fue testigo, lejos de su tierra, del juramento de los hijos de otro SOL, y es, créanlo o no el que nos mantuvo unidos aun cuando nuestros intereses y nuestras alegrías se separaron cada vez mas y mas; cuando la distancia puso otras personas en nuestras vidas y nuevas vidas en nuestras manos, siempre nos sentimos incompletos.

Mucho ha cambiado desde entonces, mucho hemos cambiado nosotros también, estamos repartidos por todo el mundo, las voces ya no suenan como antes, la gran piedra, es ahora inalcanzable para casi todos, las guitarras no suenan hace ya demasiado tiempo; las antipatías y el crecer han puesto silencio entre algunos de nosotros, y estoy mas que seguro que nadie juraría nada bajo ningún símbolo. Pero aun así, ninguno ha olvidado el significado de aquel ojo de RA.

No pongas nunca a un dios como testigo, nunca alimentes una promesa con sangre, ni unas tu vida a nadie con el ron como consejero; por que así como la promesa se ha mantenido en los años, así también sembró en todos nosotros, sin excepción, una escondida nostalgia, pena e insatisfacción, que en noches de borracha sinceridad provoca llantos y heridas profundas por las penas de aquellos que no están. y los otros aquellos que no lo saben, no pueden entender la fuerza que el pasado puede tener.

**imagen wikipedia

5 comentarios:

Rolando Escaró dijo...

hay promesas que deben quedar en el silencio

y claro, no hay pactos validos entre dioses y humanos

Imberbe_Muchacho dijo...

Muy bueno, la nostalgia que se siente lejos de los amigos. haber hehco un pacto, poniendo a un dios o un demonio como testigo, es ciertamente una fatalidad. Sin embargo la vida no termina y quien sabe que ese dios o demonio termine validando su promesa

oe y el post de las gordas engañadas?

Yani dijo...

Quién eres milhoras? me gusto mucho el comment que hoy dejaste al urbanito. Y eos de quien eres mejor me lo respondo leyendo tu blog. Apenas pueda, lo prometo (pero no por el ojo de Ra)!

Saludos,
yanina

Jassy dijo...

Es que parece que los estuviera vieno ayyyy que tiempos!!me consta que el sentimiento que albergaron cuando hicieron esa promesa era enorrmme, me consta que aun perdura, lo he visto en los ojos de algunos de ustedes, me consta y me alegra, los otros, llegara el momento e que puedan reunirse, no lo dudes
besos!!

El perro andaluz dijo...

Al único Dios al que me invoco y le prometo cosas, es a Baco.

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