Mi afición por el emule, afición que gratamente dejo en mi familia el hada de las pipas, a veces me convierte en un arqueólogo digital, otras en un loco buscador de chucherías escondidas en los directorios de otros igual de locos que yo. y el común de las veces en un cine filo des actualizado tratando de ponerme al día de tantas películas que me perdí o de las que oí hablar y considere que no valían 15 soles el verlas.
En ese afán de descargas películas me encontraba y mientras estrujaba el cerebro pensando que podía bajar, recordé la historia que de pequeño mi mamá me contó sobre el ratón Perez, en realidad nunca supe el cuento completo ni de donde vino ni adonde fue; cuando mamá solía decirme algo era cierto y con c de "caso cerrado" nunca lo cuestionaba ni lo repensaba, simplemente me dejaba llevar por mi imaginación y le creía.
Así fue que cuando cumplí 6 o 7 años y tras un largo tiempo de salud delicada, me llego la época de conocer al ratón Pérez, el ratón que venia a cosechar tus dientes de leche recién caídos de debajo de la almohada y a cambio dejaba unas monedas, solo que a mi Perez no me dejaba los centavos de sol que al resto, a mi, Pérez me dejaba unas 5 o 6 monedas de chocolate envueltas en papel brillante dorado; era totalmente mágico despertar al día siguiente y encontrar tantas monedas; hasta me hacia pasar la vergüenza de tener mis encías desnudas.
Y ahora después de milhoras de dientes cuando las encías amenazan con despoblarse gracias a las ineptitudes de algún odontólogo que de salud goce, recuerdo con mucho cariño esos doblones de chocolate, por que imagino a Papa y a Mama entrando de puntitas a mi habitación y cambiando mi diente por chocolates, casi puedo verlos cómplices en su travesura, y compañeros en su exitosa misión de hacer mi niñez feliz.


* algo del ratón en el Pais
4 comentarios:
No sabía que el ratón del diente se apellidaba Perez. Yo todavía tengo un diente de leche, así que aún tengo esperanzas :P
no sabia que ese era su nombre...
supongo que ahora se sabe hasta donde vive, ya se le acabó el anonimato
Quien lo diría, no sabía que había sido creación de un jesuita y de la pela poco supe si la estrenaron por acá, ni menos que había sido inspirado en un ratón real.
Slaudos.
Había escuchado del ratón Perez, pero no sabía que te dejaba un "sencío" por tus dientes.
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