hay un chiste malísimo que cuenta, que en una familia numerosa de 14 personas papas y 12 hermanos, la hora de la cena los fines de semana era motivo de alegría, reunión y risas y nada mejor para la alegría que un buen pollito a la brasa, y todos tenían la presa tácitamente repartida, papá media pechuga, mama la otra mitad, el hermano mayor una pierna, la otra hermana el ala y así hasta que al menor de los 12 siempre le tocaba la rabadilla, esa era su porción. todos sonreían divertidos por que al pequeño le tocaba la rabadilla, pero el niño esperaba con ansias y alegría la cena de los fines de semana, con ojos ilusionados e impacientes esperaba la cena. él era feliz por que la familia estaba junta por que todos comían rico y por que a él le tocaba un pedazo de esa alegría.
Una noche cuando todos devoraban su felicidad uno de sus muchos hermanos lo mira comiendo con tanto gusto su porción de pollo; que se acerca al oído del hermanito y le dice:
sabes que estas comiendo no?
el niño le responde con emoción: Pollo!!
el hermano maloso retruca: fundillo de pollo estas comiendo!!
el niño se queja: mamá mi hermano dice que estoy comiendo fundillo de pollo!!
la mamá cariñosa le dice: no le hagas caso mijito lindo, cálmate y comete tu culito.
¿a donde voy con este chiste cruel?
Pues este chascarro fallido me trae algunas reflexiones sobre varias cositas :
1) La felicidad es un concepto propio,
2) Muchas veces la gente espera que seamos los seres mas felices de la tierra con cualquier huevada que nos den.
3) Se tiende a creer que por que alguna vez aceptaste "culo de pollo" de ahora en adelante, "culo de pollo" para ti!!
4) Cuando has pasado mucho tiempo recibiendo y aguantando huevadas sin quejarte, te asumirán como que para eso estas.
5) Cuando crees merecer otra cosa que no sea "culo de pollo" tienes que pedirlo.
6) Ten presente siempre que cuando te vean feliz con lo que tienes, no faltara alguien que te enrostre una pata de pollo, creyéndose lo máximo por eso.
:P
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