Sucede con alguna frecuencia, que sin darse uno cuenta, ni buscarlo, ni desearlo se encuentra en situaciones en las que no entiende como llego a ese punto; aceptando “yucas” de otras personas, “cargando muertos” ajenos; peleando guerras sin tener por que; son los famosos 15 minutos que todos tienen y en los que muchas cosas que normalmente no se aceptarían , son aceptadas.
y no, no hace falta que digan nada, nadie suele reconocer como propios esos fatídicos momentos, a nadie le gusta admitir que por “15 minutos” fue un completo idiota y se dejo envolver en un tema ajeno a su interés y conducta normal y que además la mayoría de las veces termina de mala manera. (noten por eso, el uso de la tercera persona en el post :D)
Podremos negarlo pero todos tenemos algún “préstamo” que hicimos a sabiendas de que el cabezazo era inevitable, todos alguna vez nos encontramos sentados en el coche esperando por mas de una hora a una persona, que sabemos es impuntual; todos en algún momento tenemos esa sensación de “debí morderme la lengua antes de ofrecerme” y generalmente esa reflexión llega cuando ya estas embarcado en alguna disparatada aventura.
Mas de una vez, nuestros comportamientos originan reclamos hacia los personajes que nos involucran en esas odiseas de quiebra financiera, dolor emocional, y adrenalina innecesaria; y la respuesta común siempre suele ser, “yo no te obligue”, “si no querías me avisabas” “tu te ofreciste” ; y siempre, siempre tienen razón.
En materia de problemas ajenos, los principales culpables de estar envueltos en esos problemas somos nosotros; es difícil darse cuenta que a pesar de lo que se espera de uno, es posible decir NO, es posible guardarse “yo me encargo”, es mas que justo evaluar tu conveniencia cuando se trata de participar en una situación en la que puedes terminar con el rabo entre las piernas.
Esa es la liberación de la nada, por que en realidad no existe una obligación de seas tu el salvador de todo el que se acerque a ti, no existe un gen en tu ADN que te obligue a abrir tu corazón, billetera, hogar, tiempo o cariño hacia una persona aun cuando creas que es así.
Las personas a las que los “15 minutos de tontería” se les convierte en “horas” y suelen tener ese complejo eterno de Superman, lo que tienen en realidad es un grave problema de aceptación y harían cualquier cosa para sentirse parte de algo, para quedar bien con la gente y normalmente son utilizados.
Si nos reconocemos como asiduos rescatantes, los infaltables prestamistas, los eternos “buenos amigos” pensemos dos veces si no estaremos abusando de nuestros “15 minutos”.
Digo nomas ;P
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